Si hay una persona decente y honrada en todo el continente de Wolyan es este joven semielfo llamado Verderón Fundadededo.
Junto a su hermano mellizo, Verdín, pertenecen a una antigua dinastía de sastres mágicos elfos. Al menos por parte de madre. Su padre fue uno de los caballeros humanos que participaron en las guerras Titán, y que la necesidad llevó a negociar con el Bosque Sagrado. Tanto el color verde de su piel como su fuerza son producto del mestizaje entre ambas razas. Al menos eso es lo que siempre le han dicho. Su hermano, enquenque y enfermizo, no parece estar tan de acuerdo.
En el Bosque Sagrado, los hermanos Fundadededo siempre fueron señalados como si pertenecieran a una raza impura. Si su madre no hubiera sido tan tenaz enfrentándose al consejo, posiblemente ni les hubieran dejado llevar el apellido familiar.
Cuando ella faltó, el resto de razas les dio la espalda. Se acostumbraron a ignorarlos hasta el punto de actuar como si realmente fueran invisibles. Una noche, un duende del clan Buscabrillos, que llevaba los brazos a rebosar de artilugios y objetos mágicos, no reparó en que Verderón dormía sobre una raíz y tropezó con su cabeza. Incluso para alguien de un fondo tan noble como el semielfo, aquello fue la gota que colmó el vaso. Fingiendo ayudarle a recuperar su carga, Verderón escondió en sus calzones uno de los pergaminos que habían rodado por el suelo y se atrevió a acompañar al confiado duende hasta el claro donde le esperaba Jil Darbel.
El alto elfo se dio cuenta de la pérdida y se puso hecho una furia. Según decía, se trataba de un objeto mágico por el que cualquiera podría obtener una fortuna en el mercado negro. Pero a Verderón se le ocurrió un destino mejor. Siempre había cuidado de su hermano, pero no eran muchas las ocasiones en las que había tenido la oportunidad de hacerle un regalo.
Nunca pudo imaginar que aquel regalo les proporcionaría el valor suficiente para romper con su vida anterior y lanzarse juntos a la aventura.
Verderón Fundadededo es el compañero ideal
Amable, considerado, siempre anteponiendo el bienestar de sus compañeros de camino al suyo propio… Sobre todo si se trata de su hermano Verdín, la otra cara de la misma moneda. ¿Cómo es posible que dos mellizos sean tan diferentes? Y no solo por su aspecto físico. El carácter taimado y desconfiado de uno choca a diario con la candidez y la credulidad del otro.
Cualquiera podría pensar que dos hermanos tan diferentes se pasarían el día discutiendo, pero no es así. Verderón se desvive por cuidar de la frágil salud de su hermano y le apoya en su anhelo por convertirse en un gran mago. Las disputas familiares suelen ir ligadas a sus diferencias sobre el sentido de la justicia. Por suerte, Rayas completa el grupo de artistas ambulantes que forman, y su voto a la hora de tomar decisiones les ha salvado de más de un apuro.
En su camino se encontrarán peligros mucho mayores que un público descontento. Verderón tiene madera de héroe, pero hasta las vigas más reforzadas pueden llegar a romperse. Acompáñale en sus aventuras cuando se cruce con La caja de Bernit, conoce a su hermano Verdín, a Rayas, el tygerido que siempre les acompaña, y a los hermanos Hojaestrella.
Ilustración de Vanesa Portocarrero.